miércoles, 3 de enero de 2018

Resistencia a la insulina

Resistencia a la Insulina
El último paso antes del abismo

Te voy a hablar de un diagnóstico de moda, que afecta a grandes y jóvenes. Me refiero a la resistencia a la insulina. Una cataclismica bola de nieve que empieza cuando acaso en forma de piedra de nieve se te ocurre darle rienda suelta a tus deseos palatales por el simple hecho de que te sobran un par de soles y compras esas galletitas insignificantes. De pronto te encuentras haciendo de rutina comportamientos malévolos, pero totalmente inconscientes como parar en una heladería en vez de en una galería, o centrando tus actividades alrededor de comer, o haciéndote esclavo de esa gaseosa que hoy consideras vital para tu existencia. De pronto la piedra de nieve que entraba en tu mano ya tomó forma de pelota de bowling, que aunque la pintes de rosa siempre será pesada y amenazante.

Esa intimidante bola de bowling, peligrosa en su esencia, se llama resistencia a la insulina. Para cuando esto ocurre, para seguir con la analogía de esa pesada bola de nieve, todavía y con alguna dificultad podrías detenerla, pero te advierto que la pendiente que esta por atravesar es una bastante inclinada pero lo malo, con mucha nieve frágil pero esponjosa en su superficie. De esa que con facilidad puede doblar su tamaño en cada vuelta que dé y donde pararla ya no dependerá sólo de ti. Dependerá de varios cuerpos para cambiar o parar su trayectoria.




Ahora un poquito de ciencia para entender a que me refiero. La glucosa es la fuente de energía esencial para el adecuado funcionamiento de las células de nuestro cuerpo.
La glucosa en la sangre en cantidades altas es tóxica. Existe entonces una hormona secretada en el páncreas que modula la entrada de azúcar a las células y que mantiene niveles adecuados de glucosa en la sangre.
Esa hormona se llama insulina.
La cantidad de carbohidratos ingeridos que se traducen en altos niveles de azúcar en la sangre, con el tiempo afectarán a la capacidad de la célula de integrar esa glucosa dentro de ella. El mecanismo: resistencia a la insulina.


Imagínate que para que entre glucosa a la celula se necesitan dos mecanismos. Primero, que hayan suficientes puertas de entrada. Segundo, que exista la llave para abrir esa puerta. La llave es la insulina.
Resistencia es cuando el cerrojo de la puerta ha sido alterado y la llave ( insulina) ya no puede abrir la puerta a la glucosa.
Este mecanismo no permite que la célula se nutra bien. Por ende, el cuerpo que hace? Lee que falta insulina y el páncreas decide secretar más llaves.
Este mecanismo puede suplir el defecto a cambio de hacer colas más largas con abundantes llaves y glucosa para las pocas puertas de entrada por célula.
Me sigues?
Esta situación ahora tiene un segundo problema y una lamentable consecuencia. La sangre no puede tener niveles altos de azúcar de tal manera que redirecciona a esa glucosa a otros lugares donde no afecten al cuerpo. La redirecciona en la forma de DEPÓSITOS DE GRASA.
La consecuencia es peor. Niveles altos de insulina estimulan el apetito y la búsqueda inconsciente de carbohidratos conocida como CRAVING.

Ya viste esa vasta pendiente con 15 cm de altura de nieve por donde está a punto de rodar esa pelota de bowling?


La resistencia a la insulina con altos estímulos al páncreas para controlar tu nivel de azúcar puede durar meses o años, hasta que el páncreas pierde la capacidad de suplir esta demanda y la glucosa empieza a subir a niveles peligrosos que empezaran a causar síntomas característicos de la enfermedad conocida como diabetes mellitus.

En el camino esa bola de nieve es literalmente tu cuerpo ganando peso de una forma desmedida que te fuerza a comer más, sentir más hambre y acumular más grasa. Sin parar!
Pero te cuento que tiene solución.
Y no es una pastilla! Depende de ti y lo que te llevas a la boca.
Vamos llegando al común denominador.
La cantidad de azúcar que viene en nuestros alimentos procesados es abismal.
Cuando tienes resistencia a la insulina, dietas bajas en calorias o low fat como les llaman ya no son una buena opción, pues si las concentraciones de carbohidratos son inadecuadas, entonces  estas mantienen vivo a ese ciclo alternativo de destinar el exceso irreal de glucosa a depósitos de grasa. Entonces te preguntas que si apenas y comes como pollito todos los días, por qué no adelgazas. Podrás cambiar de dirección a esa pelota ahora del tamaño de un pastor alemán pero invariablemente por su peso volverá a su pendiente. Por eso que es necesario a estas alturas que más de uno te ayuden a parar a esa pelota.
Un Nutricionista que te guía en dieta muy baja en carbohidratos, un psicólogo que te ayude a controlar esos impulsos de hambre y tu entorno que te aleje de hábitos nefastos asociados a comidas.
La única forma de parar esa bola inmensa de nieve es parando el estimulo de esa insulina a tanto mecanismo malo y dañino para tu cuerpo.

Esa insulina para.........cuando dejas de darle glucosa!


Por ende si te mencionaron resistencia a la insulina, es hora de hacer un cambio dramático en tu dieta. Resistencia a la insulina es un estado pre diabético. Es como mencioné al principio, un fenómeno premonitorio que algunos tratan de evitar tomando una pastillita llamada metformina o glucophage. Si ya te mencionaron o consumes esa pastillita ya no eres bola de bowling en tamaño y peligrosidad. Eres más que eso y debes de tomar cartas serias en el asunto.
Y ahora mis consejos prácticos si crees que esa bola de nieve empezó a a rodar con fuerza en tu cuerpo:
1. Limita tus carbohidratos: Los carbohidratos se incluyen en la dieta pero NO, no son indispensables para tu cuerpo. Resulta que nuestro cuerpo al usarlo como fuente de energía básica, es capaz de descomponer otras cosas (como la grasa acumulada) en glucosa. En la dieta trata de consumir carbohidratos en la forma de vegetales, frutas, lácteos y algunas legumbres.
2. Evita las bebidas y gaseosas dulces, son el origen de la maldad que desencadena todo esto. Preferibles son las aguas infusiones
3. Come más fibra. Carga tu plato con verduras frescas lo más seguido que puedas. Alcachofas zapallos, alberjitas, paltas, legumbres. Semillas de chía y quinua.
4. Come grasas saludables. Esas son las NO saturadas, en oposición con las grasas saturadas o las grasas trans. Por ejemplo paltas aceite de oliva, nueces y semillas. Busca los alimentos que sean ricos en omega 3 ácidos grasos. Se recomienda que comas un filete de pescado grasoso como atún, salmón, o sardinas por lo menos 2 veces a la semana
5. Consume suficiente proteína. Se dice que la regulación del metabolismo de la glucosa en estos estados anormales, es mejor cuando también hay proteína en la sangre. De hecho está demostrado que dietas altas en proteína ayudan a diminuir la obesidad más rápido que en dietas regulares. Pollo, huevos, pescado, lentejas, almendras y yogurt son buenos ejemplos.
6. Consume lácteos. Se ha demostrado que los constituyentes de la leche ayudan a disminuir la resistencia a la insulina. Mientras más cerca a lo natural sea el lácteo, entonces mejor.
7. Cuida tus porciones:Esta dieta que te recomiendo tendrá un impacto 10 veces mejor, si controlas las porciones en todo lo que comes. Come pequeñas meriendas durante el día y no permitas que te de hambre. El hambre te llevará a comportamientos internos e intricantes que te llevarán a comer más de lo que debes.


Por ahora eso es todo. No olvides comer sano siempre y cuidado con el abismo